all that you can't leave behind

Ciertamente hace mucho tiempo que el viaje no era tan verdadero. Irremediablemente estamos destinados a ser esclavos del tiempo. Aunque deseemos correr para llegar antes siempre iremos detrás. Por más que queramos llegar un poco más tarde, ya estaremos allí sin darnos cuenta. Cansada de los momentos, deseaba que algo por una vez en la vida, en esta única vida, fuera algo más que eterno, eterno dentro y fuera de mi paisaje.
El azul profundo del mar, la brisa que con él llegaba y con él se iba. No querían tampoco llevarme con ellos. Sentí una vez más la presencia de tu ausencia.. sólo que esta vez estaba tan o más ausente yo en primera persona por primera vez.
La altura infinita de las montañas, y una extraña pero agradable sensación de sentirme atrapada, perdida y quedarme ahí un poco más.
Ciudad de melancolía, que en cada rincón del mundo me espera, me acompaña con una lágrima, un silencio y un ruido que nos conecta.
Era necesaria la soledad, y cuando por fin me sentía parte de aquello abrí mis ojos... buscaba una presencia... quizás una aceptación... o compartir simplemente un color de aquel laberinto fascinante que si hubiese podido volar sobre él, habría visto mi alma brillar.
A veces saboreaba felizmente saber que estaba lejos, y con eso justificaba lo que no puedo explicar. Lo que ni yo me acepto como verdad.
Sin querer dejar mi laberinto colorido, llegué a la nostalgia de mi pasado... para soportar grandes travesías y buscar hasta el cansancio lo que ya sé perdido.
Cuando más sostenía que no creía ni en hadas ni en príncipes... de repente cuatro estrellas iluminaron mi alma. Y por un momento nada más era necesario... las luces se encendían después de mucho tiempo. Después de tanto tiempo. Y lloré, claro que lloré. Cuando en un corazón y un cuerpo cansado se mezclan tantas emociones y recuerdos juntos es necesario llorar. Si aquella estrella me cantaba al oído las melodías que sostienen lo que queda de mí.
Claro que nada es gratis... para ver las estrellas tuve que estar en oscuridad... las estrellas son fugaces y sólo queda el brillo de su pasaje en los ojos... retumban todavía sus penas en mis penas, pero qué hermosas fueron esas penas cuando se enfrentaron y se mezclaron en el mismo lugar, con el mismo miedo y con la misma fuerza.
El paso fugaz puede durar mucho más. Quizás tenga que esperar mucho tiempo o no... pero voy a retenerlo. Aquel momento va a ser eterno.
El anden, el parque, aquellas calles de adoquines, la lluvia, tu melodía, tu ausencia, la tristeza que nos separa, la melancolía de caminar sola buscando cualquier huella que dejaras por ahí.
Hacer palpables los dolores más dulces... creo que esto ya no se puede explicar. Alguien una vez me preguntó cómo un dolor puede ser dulce. También me preguntaron cómo se hace para limpiar la sangre... es que no lo dije yo, simplemente lo escuché, y me resultó tan claro y verdadero que no razoné explicación alguna. Simplemente se me presentaron a mí, aquellas verdades, como lo más certero de mis dudas... sentir que es así, porque sencillamente es así.
Ahora trato de no salirme de aquel tren que me lleva... creo que va en camino de la estación... creo que no he sacado mal mi pasaje... y mientras llega a destino mi tren, voy a permanecer sentada en el banco del parque... quizás algo me entretenga cuando mire hacia delante.


Ya es hora de volver a contar algunas cosas... no sé si buenas o malas, pero espero sí que sean interesantes. Luego de volver de mi viajecito al más allá... puedo permanecer un rato más en el más acá.
Cuenta regresiva dentro de unos días o semanas... con nuevo template... UNO, DOS, TRES, CATORCE!!!!!!