Nos pertenecemos... aunque el pasado ya fue...

Rarezas dominan la vida mía, músicas raras me gusta escuchar cuando mi mente debe estar ocupada para no pensar tanto en cosas obvias, para no llegar a desesperar y querer morir antes de haber vivido algo.
Pero a pesar de mis dolores, y sé que ha habido dolores muchos más grandes que éste y que son insuperables, también hubo buenos momentos... antes de dejar que se terminen voy a revivirlos una y otra vez, lo voy a hacer por vos también... porque sé que vos no estás tan bien como quisieras.
Ojala que mi dolor acapare todo el tuyo, así por lo menos esto vale la pena.
Tu sonrisa no se borra, eso es bueno...muy bueno!!! Y sólo quiero recordar eso, para que si decides volver...y yo todavía estoy sin saber qué hacer... pueda reconocer esa sonrisa.



“Soy yo, soy él, lo había dicho sin pensarlo, es decir que estaba más que pensado, venía de un territorio donde las palabras eran como los locos en la clínica, entes amenazadores a absurdos viviendo muestra vida propia y aislada, saliendo de golpe sin que nada pudiera alojarlos: soy yo, soy él, y él no era Manú, él era Horacio, el habitador, el atacante solapado, la sombra dentro de la sombra de su pieza por la noche, la brasa del cigarrillo dibujando lentamente las formas del insomnio.” (Julio Cortázar// Rayuela//Capítulo 47 – fragmento-)