domingo, mayo 28, 2006

Hoy más perdidos que nunca...

En esta maraña de pensamientos, tristeza, dolor, alegría y frustración.
No puedo salir sin arrastrar pasado.
Qué vamos a hacer con el tiempo que se nos fue, con el que nos queda?
Qué vamos a hacer sin las personas que perdimos, con las que nunca encontraremos?

Estoy perdida...
... y tengo miedo de no encontrarme nunca fuera de esta sensación.
No era necesario salpicarnos con este dolor.




Banderas en tu corazón.
Yo quiero verlas, ondeando luzca el sol o no.
Banderas rojas, banderas negras, de lienzo blanco en tu corazón.
Perfume al filo del dolor. Así invisible. Licor venéreo del amor.
Que está en las pieles, sedas de sedas, que guarda nombres en tu corazón.
Son pájaros de la noche. Que oímos cantar y nunca vemos.
Cuando el granizo golpeó, la campana sonó.
Despertó sus tristezas atronando sus nidos.
Esperando allí nomás, en el camino, la bella señora está desencarnada.
Cuando la noche es más oscura.
Se viene el día en tu corazón.
Estás cambiando más que yo (yira, yira, yira).
Asusta un poco verte así (yira, yira, yira).
Cuanto más alto trepa el monito...
...así es la vida, el culo más se le ve.
Yo sé que no puedo darte algo más que un par de promesas, no.
Ticks de la revolución, implacable rocanrol,
y un par de sienes ardientes que son todo el tesoro.
Tan veloces son.
Como borrones, así veloces.
Hundiendo el acelerador.
Atragantados por los licores.
Soplando brasas en tu corazón.
Vas a robarle el gorro al diablo así.
Adorándolo, como quiere él, engañandolo.
Sin tus banderas, sedas de sedas, que guardan nombres en tu corazón.
Este asunto está ahora y para siempre en tus manos, nene.
Por primera vez vas a robar algo más que puta guita.
Cuando la noche es más oscura...
...se viene el día en tu corazón.
Sin ese diablo que mea en todas partes.
Y en nigún lado hace espuma.

(Juguetes perdidos/PRy sus Redonditos de Ricota)

jueves, mayo 11, 2006

Cuánta locura entra en la cordura?
Si pasás por aquella vereda no te olvides de saludarlo... hace tanto que no lo veo!
Pero todavía lo recuerdo.
Siento su extraña presencia.
Cada vez que cruzamos alguna mirada de dolor, no sé cuál de los dos fue el que más sufrió.
Puedo quedarme en un solo lugar viendo indiferente pasar la vida de los demás.
Su vida con la mía.
Evidentemente no me sirve el tiempo.
Con un poco menos de dramatismo esta vez si te voy a dejar pasar.
El resultado es el mismo.
Una vida interesante, no necesariamente es una vida feliz.
“...pensando en vos siempre, siempre extrañándote...”
No quiero acostumbrarme a los golpes.
No quiero llorarte más.
Pero a veces cuando no entiendo... lloro.
Y si soy indiferente... no soy yo.
Por peores dolores pudiste volver a reír.
Así y todo no volverás a tenerme.
Y nuestro momento fue algo bello... no eterno.
“...alfombra roja para tantas promesas...”